La imagen blanca de la nieve recorría la montaña, había un solo camino que seguir y yo sabía que me llevaría hacia ti, admire el paisaje primero, el cielo de un azul nublado no dejaba ver el día, a pesar de que este ya había comenzado. A mi izquierda vi un bosque de pinos que incitaban al asombro, sin embargo mi derecha fue la que me dejo sin aliento, un muro de vértigo me mostró el acantilado vacio y lleno de viento al mismo tiempo, viento que respiré antes de emprender mi búsqueda.
Como llegué no lo sé, sólo tenía una imagen en la mente, que daba vueltas constantemente y tu presencia en mi cabeza fue un hecho que no pude ignorar, tenía que encontrarte y quizás así fue como llegué a aquel lugar.
Era un edifico hermoso y viejo, instalado en medio de la nada, alrededor sólo existían los arboles que lo acompañaban en su soledad, adentro una luz cálida incitaba a entrar, luz de fuego en un interior confortable, sin embargo no estabas ahí y tuve que salir, abrí la gran puerta de cristal y caminé sobre el pórtico de madera, ni siquiera tuve que bajar por los pequeños y escasos escalones que conducían a la nieve, pues levanté la mirada y ahí fue cuando te vi parado sobre aquel pórtico rodeado de compañeros que seguramente estaban a tu lado por una de las tantas razones que yo tenía para buscarte, pero sólo una de ellas, pues mis razones iban más allá que vánales palabras de felicitación.
Era eso, por eso me encontraba ahí, buscándote, para celebrar tu éxito y era por eso que aquel lugar estaba lleno, repleto de personas que habían venido a verte sólo a ti, lo que uno logra con el tiempo es recompensado y sin embargo a ti no te importo ninguna de esas personas, ni tu éxito, pues me estabas esperando sólo a mí.
Falto una mirada para darme cuenta, mis pasos me condujeron hacia tu abrazo que pareció interminable pues ninguno de los dos nos queríamos separar, de pronto ya no había nadie a nuestro alrededor, el tiempo se detuvo, sólo éramos tu y yo, hablando de nada y diciéndonos mucho, mi mano tomo la tuya recorriendo mi piel, tus ojos llamaron a mis labios y fue cuando te besé, no hay que recordar lo que se siente pues va más allá de lo físico, lo que proviene de adentro, las palabras perdieron sentido, pero ahí estabas parado frente a mí, observándome de la forma que sólo tú podrías hacerlo haciéndome sentir única, the only one.
Fue ahí cuando desperté.
