jueves, 13 de enero de 2011

aZul en MuErto


Caminó por la arena, viendo a personas conocidas metiendose en pleitos ajenos, mucha violencia aun ahí, nada que a ella le pudiera importar, entonces las vio a lo lejos, parecía que sólo ella podía verlas.
Hermosas y enormes, brincaban y jugaban , nadie más notó su precencia y ella no entendía el porque, se acercaban cada vez más a la orilla, pero porque, saltaban, se divertian, se acercaban más de la cuenta, ellas trazaron su camino indebido, un camino hacia su muerte.
Gritó, gritó para que todos pudieran verlas, gritó para que la gente se diera cuenta y llegaron, llegaron personas queriendo ayudar, intentando hacer algo, desesperados, preocupados y sin poder hacer nada.
Ella quería que vivieran, necesitaba que vivieran, pero la vida, las consecuencias no detienen su curso, murio la primera, mientras las otras se encontraban en espera de un destino igual, agonizando, sufriendo lentamente, tan grandes, tan hermosas y sin poder alguno de su propia existencia.
Pasaba el tiempo sin contar, ella lloró pero sus lagrimas no se secaban, lloró por ellas y por la impotencia, por la frustración, por no tener control, entonces llegó él.
Nunca nadie supo quien era, de donde venía, hacia donde iba, pero ella supo en el instante en que lo vio, sólo él podría ayudarlas. Aquella persona fuerte y segura las devolvio a su hogar, al oceano a su mar.
Ella agradecio su precencia, su ayuda, su existencía.

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