Era un grupo de lobos hambrientos de sangre, pedían la inmortalidad a seres demasiado diminutos para su era, pero enormemente mágicos.
Ellos se la otorgaron a cambio de la promesa, jamás lastimar su procedencia, así las bestias arrasaron con todo, con todo menos con aquellos seres a quienes el tiempo enseño que un contrato siniestro forjado con egoísmo seria su decadencia.
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